En un mundo globalizado, el crecimiento desmedido, la urbanización y la digitalización son solo algunos de los fenómenos que se han vuelto inevitables en el desarrollo de ciudades.
Trasladando dicho contexto a la gestión de gobiernos locales, se pueden mencionar dos alternativas de acción. La primera es adoptar una política de trabajo que implique una actitud proactiva y de esta manera anticiparse a las demandas o imprevistos que puedan surgir. O por el contrario, aceptar y hacer frente al hecho de que se ha sido ampliamente superado ante la incapacidad de adaptación y transformación.
Claro está que el objetivo fundamental de cualquier representante político debe ser llevar a cabo una correcta gestión y administración de recursos dentro de un territorio, proporcionándoles una mejor calidad de vida a sus habitantes.
Los 10 Mandamientos de una campaña electoral exitosa
A partir de este punto se reconoce a la riqueza como común denominador hacia la concreción de este tipo de realidad, por lo que se plantea la necesidad de contar en la gestión de gobierno con un plan estratégico que permita incrementar el desarrollo y crecimiento de las ciudades en diversos aspectos.
Es allí donde toma relevancia el concepto de “Smart City” o Ciudades Inteligentes como una herramienta innovadora. Esto permite incorporar e integrarse en la gestión de gobierno y estrategia propia de cada ciudad. Si bien se esperará que este tipo de proyectos los cuales pueden implicar una mejor gestión de residuos, circulación fluida, ahorro energético, entre otros, sean percibidos de manera positiva por parte de la ciudadanía, no siempre ocurrirá debido a que no suelen representar un cambio tangible en la cotidianeidad de las personas.
¿Por qué apostar hacia la transformación de Ciudades Inteligentes?
Porque es fundamental pensar y planificar en términos globales, no caben dudas de que se debe avanzar hacia el desarrollo de ciudades competitivas globales, la modernización municipal y herramientas innovadoras de gestión pública. Esto impactara indudablemente en el desarrollo económico local. Convertirse en una Smart City debe ser un requerimiento para la mejora en la gestión de una ciudad.